Si bien el cáncer de mama es altamente heredable estudios recientes afirman que el riesgo
de padecerlo se puede reducir mediante un estilo de vida saludable que incluya:
– Alimentación baja en grasas
– Bajo o nulo consumo de alcohol.
– Constante actividad física
– Realización de exámenes preventivos cada año, desde los 40 años, independiente
de tener o no antecedente familiar de cáncer de mamas, cáncer de endometrio y de
ovario
– Evaluación de factores de riesgo mayores y menores para identificar si es usuaria de
alto riesgo.
– Control ginecológico anual para detección precoz y oportuna de alteraciones.
– Evitar el sobrepeso y la obesidad tras la menopausia.
– Y lo más importante, nunca olvidar el autoexamen, eso puede salvar tu vida.
Cáncer de mama: Vida saludable y detección temprana son la clave
