
A nadie sorprende el que la leche y sus derivados son una gran fuente de energía, proteínas, grasa, vitaminas y minerales. Pese a ello, cada vez existe un mayor número de niños que no la consume por diversas razones. Ante este escenario, los padres se ven obligados a recurrir en busca de ayuda, estando en lo correcto, pues la ausencia de este alimento debe ser suplementada.
Numerosos estudios alrededor del mundo concuerdan que la leche, especialmente la de vaca, es vital para el crecimiento infantil, el buen funcionamiento y mantenimiento de las piezas dentales y la prevención de diversas enfermedades. A diferencia de los adultos, los niños se encuentran en proceso de crecimiento, por lo que necesitan de una dieta completa y equilibrada, donde cada nutriente cumple una función determinada dentro del organismo. Así, está científicamente comprobado que un consumo insuficiente de leche puede llevar a alteraciones en el crecimiento y desarrollo de los niños, una mayor predisposición a sufrir osteoporosis y fracturas a temprana edad, así como la aparición de caries dentales debido a la ausencia de calcio y fósforo.
Una investigación realizada actualmente por el Hospital Saint Michael en Toronto publicada en el American Journal of Clinical Nutrition, reveló que los menores que no consumen diariamente leche de vaca crecen hasta 0.4 centímetros menos, y en el caso de niños de 3 años, la diferencia de altura entre los que beben leche de vaca versus los que toman otros tipos de “leche” vegetal es de 1.5 centímetros.
Aun así, la industria láctea ha incorporado más y nuevos tipos de “leches” como de soya, almendras, avena, arroz y coco, las que no son lo suficientemente nutritivas en los aspectos antes señalados y no deben considerarse como leche propiamente tal.
Así, la sugerencia es dar a los niños 2 a 3 lácteos al día, principalmente leche de vaca, y tomar en cuenta que si bien existen otras fuentes de calcio diferentes a los lácteos, no tienen la misma cantidad y no se absorben que una de origen lácteo.
Ideas para introducir la leche en las comidas:
- Incluir leche o algún producto lácteo en todas las comidas: leche con cereal en el desayuno, yogurt como colación o postre, sándwich con queso en la once.
- Agregar leche como ingrediente en algunas comidas: licuados de leche ó de yogurt con frutas (smoothies), helados caseros de leche o yogurt, cremas de verduras, salsas elaboradas con yogurt, ricotta o queso cottage.
- Sustituir bebidas ó jugos por leches saborizadas en forma ocasional.
Este artículo se desarrolló con la colaboración de María Alejandra Silva, Nutricionista y especialista en enfermedades crónicas no transmisibles de nuestro Centro de Salud. (Incorporar fotografía de la profesional)